Una historia repetida

Escribe: Heber A. González

Periodista

Nuestro colega Rodrigo Romano siempre dice: “cómo explicarlo, como contarlo si igual no me van a creer”… Una sabia frase que muy bien se puede aplicar para este partido derrota de River ante Liverpool en Belvedere. El darsenero jugó, en general, un muy buen partido, siendo mucho más que su rival, generando la mayor cantidad de situaciones de gol y siendo siempre protagonista. Entonces como se explica la derrota? Y bueno, cuesta entenderla pero es real. Otra vez fallamos en las definiciones y lo que debió ser una victoria con goleada terminó siendo derrota.

A los 5’ llega la apertura para River. Borbas va a buscar el balón del saque de banda y pasa al “Ojito” Rodríguez que pone un derechazo de afuera del área que se transforma en golazo. La pelota va y va hacia el arco local pero un saque de costado al área darsenera hace que Ramírez junte a los zagueros Viera y Salaberry y que Davila llegue para peinar sobre la estirada de Lucas. Empate pero no resignación. Un minuto después se mete al área Borbas tras gran pase de espalda de Arezo, y el arquero negriazul impide el gol. Otra de River, centro del “Ojito” al área, el arquero negriazul rechaza y el “Zurdo” Pérez remata apenas por encima del horizontal. Desborda Borbas, mete el balón al área y se lo pierde en forma increíble Montiel. Otra vez Borbas se mete en profundidad y asiste a Arezo que no define como sabe, la pelota se va desviada. Todo éste relato para que quede claro de qué manera estaba jugando River, siendo el único equipo en cancha pero fallando en la definición. Y entonces llega un castigo, el segundo gol del local de tiro libre al vertical izquierdo de Lucas, después de “garronear” la posición del balón y la orden del tiro.

Comienza el segundo tiempo y la idea no cambia, seguimos siendo una nota de peligro permanente. Es así que se pone una pelota al área y Borbas la peina pero se va a apenas desviada. Hasta que llega el empate merecido. Córner de Nicolás Rodríguez, el salto preciso y limpio de Ribair para poner de cabeza el empate darsenero. En los presentes en Belvedere rondaba el convencimiento que seguíamos de largo hasta la victoria. Pero no fue así. Otra pelota quieta, un remate preciso que se mete en el rincón izquierdo de Lucas, bien abajo para convertirse en el tercer gol. Y así se terminó el partido. Con un resultado inesperado, inmerecido e injusto pero real.

Conclusiones: La posición de Ribair Rodríguez en el mediocampo dio buenos frutos, la evolución de nuestros juveniles se hace cada vez más latente en cancha y nuestras propias fallas en la definición no nos dejan crecer como merecemos en las posiciones. Pero bueno, es obvio que se trabaja para mejorar esos aspectos y, como siempre, esperamos lo mejor de nuestro River. Ahora se viene Torque, un duro rival y que, además, juega bien. Veremos si podemos aplicar nuestro antídoto para obtener lo mejor.