Escribe: Heber Américo González.
Periodista.
El sábado por la noche terminamos perdiendo un partido para el que se hizo todo, el equipo se dio por entero, en busca de lograr otro resultado y finalmente no se pudo conseguir. El letargo duró 20 minutos, los primeros, en los que Defensor dominó en la cancha, incluso obteniendo un gol, hasta que Nicolás Sosa mostró el único camino para convertir en ese momento que era el tiro de distancia.
En la primera parte del partido fueron casi 20’ de muy flojo rendimiento y en los que se debió soportar un dominio y asedio local por el que obtuvo un gol y pudo convertir más. A los 7’ apareció Sant’Anna para poner de cabeza, solo dentro del área, el gol de apertura. River intentó subir en todo el campo de juego con el trabajo incesante, entre otros, de Gonzalo Castro. La pelota no llegaba al área violeta porque el equipo local se olvidó de atacar y sólo defendió hasta con cinco hombres en el fondo, por eso la única alternativa era el tiro de distancia como el que probó Nicolás Sosa que se dio en el travesaño. O minutos más tarde cuando el “Chory” Castro con un toque mágico pone el balón por encima del golero pero otra vez el caño impide el tanto. En ese trámite de ir una y otra vez estaba River cuando una pelota perdida llega al área en forma sorpresiva para que Méndez convierta el segundo gol de Defensor. Un mazazo para el darsenero, por lo inesperado del tanto y por lo injusto ya que el violeta nada había hecho para un segundo tanto.
Al retorno del descanso, para el segundo tiempo, los entrenadores de River en funciones, Barone Y Tiscornia, dan ingreso a Galletto y a Urretavizcaya para buscar una vuelta de tuerca en el medio y adelante. Sin embargo se vino otro golpe, penal para Defensor que Navarro convierte en el tercer gol. A partir de ahí, más intensamente que nunca, el local se cerró y se dedicó, exclusivamente a defender sin proponer nada e incluso haciendo mucho tiempo. River no decayó en su reacción, siguió ofendiendo y cuando iban 23’ De Armas pita un penal de VAR por un pisotón de Mallo sobre Urreta que Borbas convierte en el descuento. Con River arrinconando al dueño de casa prosigue el partido y minutos más adelante otro penal para la visita. Esta vez Rocha derriba a Sosa y el árbitro expulsa al defensa local y pita el penal. Sosa lo convierte y el Franzini se llena de nervios pues los locales vieron esfumarse la ventaja de tres goles y la visita seguía protagonizando una excelente remontada. Allí apareció Affonso con dos toques que, de concretarse en gol, pudieron significar el empate. No fue así y se terminó con derrota.
Mirando lo que pasó queda el sabor amargo, amarguísimo, ya que pudimos poner un final adecuado a lo que fue el despliegue del segundo tiempo. Sin embargo hay que evaluar “todo el paquete” deportivo. Ahora se vienen dos meses de doble actividad, Apertura y Sudamericana, en los que la paciencia y la confianza debieran ser protagonistas principales ya que la competencia para el darsenero no será nada fácil. Al fin y al cabo estamos como anhelábamos, disputando a nivel internacional cosas importantes y en lo local intentando ser protagonistas. El jueves nos vemos con el primer capítulo de la Sudamericana ante Racing en el Centenario.