El sueño copero quedó comprometido.

Escribe: Heber Américo González.

Periodista.

No fue suficiente con ganas y entrega, no alcanzó para, por lo menos, empatar el partido ante Melgar en los 2.400 metros de altura de Arequipa. River Plate cayó derrotado 2 a 0 ante los incaicos y está bien, no hay mucho que decir, el local hizo todo lo necesario para ganar. De todas maneras el repaso completo de lo sucedido en cancha demuestra que lo ideado no estuvo mal ya que hubo dos tiempos distintos.

El primer tiempo tuvo un protagonismo local durante 30 minutos. A los 3’ Cuesta anotó la apertura y unos minutos después tuvo otra chance. Pasaron algunos minutos hasta que un fallo de la defensa local permitió que Borbas quedara en posición para definir pero falló. El protagonismo siguió siendo darsenero ya que entre el “Mono” Pereira y el “Chory” Castro volvieron a dejar en camino a Borbas cuyo remate rompió el caño. Y luego, otro centro encontró la cabeza de Sosa que conectó y pasó muy cerca del parante. En suma, Melgar tuvo posesión de balón pero sin profundidad, River buscó sus huecos y los encontró pero no anotó, por eso el resultado parcial fue de victoria para el local.

En el segundo tiempo, River se lanzó más decidido aún en procura de un empate que pudo llegar cuando Borbas ejerció una excelente presión alta, tomó el balón, eludió al arco pero su remate fue enviado  al tiro de esquina. Una vez Sosa y otra Brunelli, ambos de cabeza generaron atención en el área local al tiempo que, recién a los 77’ llegó una pelota al área darsenera que Cuesta, sin marca, envió al fondo del arco para anotar el segundo gol. Así se terminó el partido.

El local fue práctico y eficaz convirtiendo en gol dos de las chances claras que tuvo. River no, el darsenero falló, sus oportunidades no pudieron terminar en el fondo del arco rival, y éste fallo, en cualquier torneo, se paga caro. Ahora toca volver y afrontar, con voluntad y entregaaunque con poco físico, el encuentro ante Nacional el domingo por el Apertura. El plantel baja de la altura, sin días para acomodarse y sin entrenamientos, pero seguramente con muchas ganas de dar todo.