Escribe: Heber A. González
Periodista
River Plate obtuvo un triunfo más que merecido, buscado y sustentado en las ganas y el fútbol que desplegó. Otra vez la participación de los juveniles darseneros fue decisiva para dar vuelta un partido que estaba en contra de los intereses de la visita. La mañana sabatina presentó buen fútbol de River en el 75% del partido, un buen piso de Jardines del Hipódromo para poder jugar por bajo y un muy mal arbitraje que tuvo decisiones desacertadas que desacomodaron a los actores pese a lo que se dio un partido muy atractivo que culmina dejando al darsenero en el tope de las posiciones del apertura.
El primer tiempo tuvo hasta los 37’ un solo protagonista que fue River. Con el dominio del balón y de las intenciones y generando, además, tres chances claras que debieron terminar en gol si no fuera por fallas en la definición. Un cabezazo de Salaberry y un par más de situaciones de real peligro marcaron ese dominio visitante. Hasta que a los 37’, Bruno Giménez colocó la apertura para la IASA llegando solo y sin marca casi en la línea. A partir de ahí, éste gol y las amarillas incompresibles a Nápoli, Salaberry y, otra vez, al “Chavo” Díaz (parece que es el candidato de los jueces) desconcentraron al equipo. Y por tanto el entretiempo sirvió para recomponerse y salir al segundo tiempo de otra manera.
Y fue así. El entretiempo sirvió. El equipo recibió la charla de los entrenadores, se acomodaron las piezas y se notó que la cara en el campo era otra. Se salió con decisión para dar vuelta el marcador y a los pocos minutos Facundo Boné exigió al arquero naranja que debió extremarse para impedir el empate. De todos modos, la entrada de “Chory” Castro y de Leites empujaron y ayudaron a provocar las mejores chances. De ahí que a los 75’ Cayetano cortó con el brazo una pelota de Thiago Borbas y el árbitro Diego Riveiro, que ya había desestimado una clara infracción en el área, sancionó esta vez el penal que Matías Arezo transformó en gol. River no se detuvo, siguió insistiendo con las bandas y fue así que en el tiempo de recuperación Arezo, tras recibir suelto en el área una gran habilitación de Leites, convirtió el segundo gol para ganar el partido.
Triunfo merecido, siendo protagonistas en la mayoría del partido, con permanente vocación ofensiva y plantándose firme en el campo para imponer, de buena manera, las condiciones necesarias. Una victoria que nos coloca en la cima de las posiciones. Y no hay que tenerle miedo a la realidad. Hoy River -plantel y cuerpo técnico- deben asumir la realidad: somos punteros y eso hay que mantenerlo y mejorarlo. El juego de equipo en cancha y el despliegue individual conforman esa mezcla exacta para estar bien arriba. Con los pies en la tierra pero bien arriba.
Un párrafo aparte para la actuación de los árbitros. Una vez más hay que decirlo aunque venimos de una victoria. Otra vez nuestro entrenador “Chavo” Díaz es el candidato elegido y recibe amarilla por nada, y otra vez, la soberbia, el maltrato verbal y la dualidad de criterios se hacen presentes en la cancha. Una lástima.
Ahora la historia es otra. El martes recibiremos en el Templo Darsenero a Plaza Colonia y ya sabemos, ya tenemos experiencia de lo difícil que es el equipo coloniense. FE, CONFIANZA EN EL PLANTEL ES LO QUE SOBRA, LA ESPERANZA ES DE SEGUIR SIENDO PROTAGONISTAS…HACIENDO EL CAMINO DE SIEMPRE.
