Escribe: Heber Américo González.
Periodista.
A los 89’, a partir de una pelota llovida sobre la salida del equipo de River de su propia área Racing convierte el gol del triunfo por parte de Miranda con el que Racing de Avellaneda gana 1 a 0 a River en el Centenario en el primer partido del grupo de la Copa Sudamericana. El gol nace de un grueso error del asistente que, corrigiendo al árbitro, le indica córner cuando en realidad era solo saque de meta. El zaguero darsenero BRUNELLI SE TIRO A CORTAR UN PASE PARA DOMINGUEZ PERO NINGUNO DE LOS DOS TOCA EL BALÓN QUE SE VA AFUERA. Esto es un resumen de una jugada que provocó mucha discusión y protesta a un “mediocre” árbitro ecuatoriano.
Ahora bien, lo que nos debe ocupar es el trabajo, el juego desplegado, el funcionamiento de River en su debut copero. Tuvimos enfrente a uno de los, posiblemente, mejores equipos argentinos. Y la idea elegida por el cuerpo técnico darsenero para afrontar el partido tuvo 89’ de fundamento pues tuvimos tres claras chances de gol contra otras tres del rival. A los 9’ Mura define sobre Ichazo que salva con las piernas. Esa primera mitad se va con marcador cerrado y sin hacer pensar que un equipo era más que el otro. La pelota y la posesión fueron de Racing pero de lado a lado, sin ataques en profundidad.
Ya en el segundo tiempo aparece Nicolás Sosa, un batallador incansable que preocupa y ocupa a todas las defensas rivales, con un pase notable para el desborde del “Chory” Castro que remata y salva Gómez. Fue la primera del darsenero en ese tiempo anunciando que habría más. Pasamos zozobra con Rojas y Gómez que obligaron a las intervenciones de Ichazo. Un trámite deseado por River, de contra y con un rival desarmado que dejaba espacios para la ofensiva albirroja. Tuvimos tres chances seguidas, dos con Borbas como protagonista que no pudo hacerse un autoregalo de cumpleaños y otra con Sosa que también quedo de cara al arquero visitante tras un soberbio pase de Borbas pero su remate fue neutralizado por Gómez. Y sobre los 89’ llega lo que relatamos arriba, el gol del triunfo para la visita que fue un excesivo premio por lo hecho en cancha.
Nos faltó precisión con la pelota y una mayor disciplina táctica para agrandar o achicar sin perder la referencia de los rivales, como en el gol. CERO REPROCHES. Dieron todo en todo momento y en todos los minutos. El equipo dejó una clara sensación de manejar alternativas para llegar a ser un equipo más que competitivo. Ahora la Copa queda atrás por unos días. Se cambia el chip y el domingo nos vemos las caras con el único decano del fútbol uruguayo, Albion, en el Saroldi. Y después otra vez Copa en ésta loca vorágine de partidos cada dos o tres días pero con viajes por medio. A seguir confiando, con la misma fe y esperanza de siempre. VAMOS RIVER!!!